Transformación Agrícola: La Historia de la Familia Bautista Hernández

Texto y fotos: Katya Erazo Ramos

En el municipio de San José de Colinas, departamento de Santa Bárbara, la familia Bautista Hernández tiene una finca ubicada a casi 300 kilómetros de la capital Tegucigalpa, Honduras donde producen y comercializa hortalizas y frutas tropicales. 

Hace cinco años, Induvinia Bautista, de 34 años, y su esposo Juan José Hernández, junto con sus siete hijos, se dedicaban a la producción de hortalizas en una pequeña área de 20m², únicamente para su subsistencia. Sin embargo, su vida dio un giro significativo cuando se unieron al proyecto de cooperación técnica FAO/Kielsa en 2019.

Antes, solo cultivábamos lo necesario para comer. No teníamos idea de cómo mejorar nuestra producción ni de las técnicas que podíamos implementar.


Gracias a las capacitaciones recibidas, aprendieron a utilizar métodos sostenibles y tecnologías que les permitieron aumentar su producción y comercializar sus productos.


A mediados de 2020, la familia comenzó a vender excedentes de los cultivos de rábano y mostaza. Hoy en día, han ampliado el área de producción a 500m² y no solo cultivan granos básicos y frutas tropicales, sino también una variedad de hortalizas, convirtiéndose en un referente en su comunidad, El Triunfo. “Ahora podemos vender nuestros excedentes en el mercado local, lo que nos ha ayudado a mejorar nuestra economía y a garantizar una mejor alimentación para nuestros hijos”, añade Induvinia con una sonrisa.


Desde el 2023 los ingresos de la familia rondan entre L. 2,000.00 y L. 4,000.00 ( Lempira la moneda nacional) semanales, esta cifra por excedentes varía dependiendo del área de cultivo, las condiciones climáticas y la demanda de la clientela.

El compromiso de Induvinia con el bienestar de su familia es evidente.

Me preocupo mucho por la educación de mis hijos y la alimentación de la familia. Quiero que tengan un futuro mejor.

Su dedicación y esfuerzo han inspirado a otras familias en la comunidad a seguir su ejemplo y adoptar prácticas agrícolas sostenibles.


La asistencia técnica proporcionada por el proyecto la familia ha mejorado la preparación del suelo, la siembra y el manejo de hortalizas mediante la implementación de buenas prácticas agrícolas. Esta iniciativa no solo ha permitido a la familia Bautista Hernández mejorar su calidad de vida, sino que también ha servido como un modelo inspirador para otras familias en la región.


La familia Bautista Hernández ha logrado una producción semanal significativa de diversos cultivos, que se distribuyen entre la comercialización y el consumo familiar.
La familia produce semanalmente diversos cultivos, distribuidos entre la venta y el consumo familiar. Entre ellos, destacan el rábano (45-55 mazos), cilantro (32-35 mazos), mostaza (57 mazos), ayote (12 unidades), pataste (55 unidades), zanahoria (5 libras), remolacha (5 libras), repollo (4 libras), pepino (10 unidades), piña (95 unidades), malanga (10 libras), yuca (25 libras) y camote (25 libras).


La finca familiar demostrativa se ha convertido en un punto de aprendizaje para la comunidad, donde se llevan a cabo talleres y capacitaciones sobre prácticas agrícolas sostenibles. La historia de la familia Bautista Hernández es un poderoso recordatorio de cómo la colaboración y el conocimiento pueden cambiar vidas, promoviendo un desarrollo más equitativo y sostenible en las zonas rurales de Honduras y más allá.

Esta historia de éxito es un testimonio del impacto positivo que la asistencia técnica en agricultura familiar puede tener en las vidas de las personas, y cómo el compromiso y la dedicación pueden llevar a una transformación significativa y duradera.


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